Read more: http://www.hellogoogle.com/posicionar_blogger_blogspot/#ixzz1O7yARjSC

Buscar este blog

martes, 12 de abril de 2011

El perdón no es un sentimiento sino una decisión.Perdonar es tomar la decisión de dejar de ser víctimas.

La venganza es la respuesta instintiva natural ante el insulto y la ofensa. La persona atacada busca sentirse con el mismo poder que la persona que la agredió. 
La finalidad de la venganza es hacer que nuestro agresor sienta el mismo dolor que él nos infringió. 
En un primer estadio nuestros pensamientos nos dicen que nos quieren pasar por encima, que no nos están respetando, que no nos aprecian lo suficiente. Como reacción a estos pensamientos conscientes y/o inconscientes hay una respuesta corporal donde los músculos se ponen tensos, la presión arterial comienza a elevarse, el cuerpo se está preparando para la última etapa: el ataque. En este momento el principal objetivo es defenderse, no interesa si en realidad se sufrió un ataque o no, lo sientes así y en consecuencia se emite una respuesta. Esa defensa puede tomar una forma verbal o física, pero el fin es el mismo: lastimar a quien hirió primero. Este enojo clama venganza y justicia, pero justicia ante nuestros ojos, ante nuestra perspectiva que no siempre es la más acertada. 
Distanciarse de la actitud vengativa exige todo un aprendizaje de empatía y perdón.
Perdonar es gran un desafío, por el valor que concede nuestra cultura al YO y al EGO. Se nos hace ver que perdonar es un símbolo de debilidad. Pero no es cierto, porque olvidar una ofensa, ultraje, escarnio, injuria, insulto o maltrato es un acto valiente que lleva implícito una gran integridad.
Si bien perdonar es un acto que resulta tan positivo y terapéutico muchas personas se niegan a hacerlo por varias razones, entre ellas:
- Piensan que esta actitud es una manera de demostrar que el otro “tienen la razón”
- Consideran que es una forma de controlar la situación o de mantener cierta ilusión de control.
- Lo utilizan como un medio para evitar la intimidad.
- Tratan con eso de eludir sentimientos más profundos de tristeza, desesperación, dolor, abandono y rechazo.
- Estiman que es una forma de hacerse escuchar, castigar o de desquite.
  • Entienden que actuando así logran que la vida continúe tal como está y evaden la claridad que podría proporcionar un cambio al cual temen.
En primer lugar, conviene que tengas presente que el perdón no es un sentimiento sino una decisión. Si la decisión es perdonar, si está en la intención el perdón se realiza aunque no se sientas. Ilustraremos esto con un ejemplo:  si te piso un pié y luego te pido perdón, y tu me perdonas, ¿te deja de doler el pie?. Obviamente no, y eso no quiere decir que no hayas perdonado. Por lo tanto, es posible que “sientas” rechazo aún hacia a aquél que has perdonado, pues emocionalmente aún estás herido. En segundo lugar, si bien uno, en principio, no es responsable por lo que siente, sino por lo que hace, por lo que decide, también es cierto que uno puede empujar ese sentimiento hacia una dirección o hacia otro. Veamos: si quiero perdonar, pero estoy continuamente “alimentando”  malos sentimientos contra el que me hirió, si no dejo de “construir pensamientos” en sentido negativo, es muy difícil que mi herida emocional sane algún día, más bien estoy removiendo la herida y va a seguir abierta.
No debemos tener de nosotros mismos la idea de una perfección inexistente, el creernos todo poderosos es jugar a ser Dios. Saber perdonar nace del poder perdonarnos a nosotros mismos nuestros errores, si lo hacemos a diario vamos por buen camino…
Hay ciertas actitudes importantes a tener en cuenta:
Reconocer nuestro grado de responsabilidad en haber permitido que el daño se prolongue o en no tomar las medidas preventivas que estuvieron a nuestro alcance.
Aclarar en su momento todas las actitudes que estuvieron involucradas. No partir de una perspectiva falsa.
Evitar comentarios innecesarios y destructivos contra la o las personas a las que nos cuesta perdonar. Este tipo de comentarios únicamente incrementa el erróneo enfoque que tenemos de los acontecimientos.
Evitar el volver a repasar absurdamente hechos tormentosos, así como recapitular sólo para sentirnos consolados o volvernos mártires.
Es importante que comprendamos que aferrarse a agravios y pensamientos rencorosos es una manera de sufrir. Perdonar es tomar la decisión de dejar de ser víctimas.
La compasión significa esforzarse para ver al agresor como un ser humano, tratar de comprender lo que le llevó a causar daño. Esto no significa sentirse superior y con derecho a juzgar y culpar porque sería caer en un círculo vicioso.
Otros importantes consejos:
1. No luches contra la realidad, ya no puede cambiar las cosas que sucedieron ayer, pero tiene un presente que puedes modificar y un futuro con nuevas oportunidades. 
2. No culpes a los demás por sus reacciones. Si te consideras ofendido, no seas tu quien responda saliéndote de tus casillas.
3. No te autoengañes insistiendo estar en la posición correcta y creyéndose todas sus ideas, porque podrías caer en prejuicios, temores escondidos o caprichos. 
4. No enjuicies a los demás presumiendo tener capacidad para analizar la situación y los personajes.
5. No te quede con sentimientos negativos en tu interior porque éstos se acumulan y el daño es mayor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario